Cada vez que hablo con clientes o amigos sobre alimentación saludable, la primera respuesta que recibo es: “¡Pero yo no tengo tiempo para cocinar sano!” Por supuesto que la falta de tiempo es el mal del siglo XXI, pero siguiendo estos simples pasos van a darse cuenta que comer sano no es complicado, sólo requiere de un poco de planificación. Piensen en los resultados: les aseguro que se van a sentir mejor y con más energía.
√ 1. ELEGÍ EL MISMO DESAYUNO TODOS LOS DÍAS
Si tomás el mismo desayuno todos los días es más fácil tener los ingredientes para prepararlo. Por ejemplo, en verano, puede ser un licuado de frutas con leche de arroz. Con tener fruta variada (podemos tener también en el freezer, por ejemplo arándanos orgánicos) y la leche de arroz ¡listo! En invierno, puede ser algo más sustancioso, como fruta con un pudding de chía y frutos secos.
√ 2. COCINÁ UN DÍA A LA SEMANA
Destiná un día en la semana para cocinar las verduras que compraste, congelar cereales (por ejemplo, quinoa, mijo, arroz integral o yamaní); preparar alguna mayonesa de zanahoria, de remolacha o de palta y paté de castañas de cajú, nueces, semillas de girasol, etc. Congelá las comidas en porciones así ya las tenés listas para consumir.
√ 3. TENÉ SIEMPRE A MANO SNACKS
Tené listos snacks saludables pero fáciles de preparar. Una barrita de cereal hecho en casa o frutos secos son buenas opciones para llevar en la cartera. Otras ideas:
- Zanahorias con hummus o paté de semillas.
- Apio con manteca de maní orgánica.
- Galletas de arroz con palta.
- Alguna fruta.
- Semillas de girasol con azúcar mascabo.
- Semillas de calabaza tostadas con sal marina.
√ 4. TOMÁ UN LICUADO DE VERDURAS POR DÍA
Los licuados están llenos de nutrientes y antioxidantes y te lleva muy poco tiempo hacerlos. Podés prepararlos en la mañana y dejarlos en una jarra en la heladera. Lo único que tenés que hacer, antes de tomar el jugo, ¡es revolverlo! También podés llevarlo al trabajo y si le agregás unas almendras o una palta, lo transformás en un almuerzo nutritivo y saludable.
√ 5. PLANIFICÁ EL MENÚ SEMANAL
Suena complicado, pero realmente no lo es. Pensá en las posibles comidas para la semana, hacé una lista y comprá proteína animal, verduras, frutas y otros productos que vayas a necesitar. Tratá de tener siempre “stock” de esos productos que te salvan de cualquier imprevisto y son muy versátiles, ¡infaltables en toda alacena saludable!: miel, aceite de sésamo, de oliva, de coco; especias, leche de coco, de avellanas o de arroz;quinoa, mijo, arroz yamaní, algas nori, frutos secos, semillas de girasol y de calabaza; azúcar orgánica. Otro producto salvador es el tahini: está hecho con semillas de sésamo tostadas y trituradas, se utiliza en la elaboración de patés y también se puede usar para untar galletas de arroz, por ejemplo.