Nuestros hábitos matinales son los que nos ayudan a empezar el día contentos y con energía. No es necesario contar con mucho tiempo para incorporar estos hábitos, simplemente es una cuestión de organizarnos y dedicar unos minutos a pensamientos y actitudes positivas que nos van a predisponer a encarar el día de una manera diferente.
√ 1. Escribí un diario. Podés escribir lo que comés, cómo te sentís, los proyectos que tengas y cómo llevarlos a cabo o simplemente anotar tres cosas positivas que te hayan sucedido en el día antes de irte a dormir. Irse a dormir pensando en lo logrado durante el día, te predispone a dormir más relajada y a levantarte al día siguiente con pensamientos positivos.
√ 2. Escuchá a tu cuerpo. La gente saludable y feliz se levanta y escucha a su cuerpo. Por ejemplo, si la noche anterior no dormiste bien, en vez de hacer una rutina de ejercicio vigorosa, bajá la intensidad y no te exijas tanto. Muchas veces nos despertamos abrumados por la cantidad de cosas por hacer o debido a las preocupaciones diarias, pero si encaramos el nuevo día de manera diferente, nos vamos a sentir más aliviados. Por ejemplo, una caminata breve, un baño de inmersión, o tomar un té y disfrutar de una linda vista.
√ 3. Focalizate en lo que querés lograr. Focalizá tu energía en las cosas positivas que querés lograr, no en los aspectos negativos o en los errores que cometiste.
√ 4. Dejá el pasado a donde corresponde. De nada sirve seguir dando vueltas sobre cosas que nos pasaron cuando éramos niños, es importante que nos focalicemos en el presente, en tratar de dar lo mejor de nosotros y en comprometernos a lograr proyectos nuevos y gratificantes.
√ 5.Pensá en positivo y sé agradecido. Es importante que pensemos en positivo y que aprendamos de nuestros errores. También debemos agradecer por nuestros proyectos, logros y virtudes, nuestra familia, nuestra profesión, nuestros amigos, etc.
√ 6. Hacete preguntas claves. Empezar el día con un objetivo en mente te va a ayudar a ser más productivo y a sentirte realizado. Steve Jobs, el genio creador de Apple, dijo una vez: “En los últimos 33 años todos los días me miraba al espejo y me preguntaba: si hoy fuera el último día de mi vida, ¿haría lo que estoy por hacer hoy? Y cuando la contestación era “no” durante varios días seguidos, sabía que tenía que cambiar algo.”
√ 7. Hacé lo que querés, no lo que tenés que hacer. Si bien este último punto suena difícil de lograr, tenés que saber cómo te sentís para no encarar algo con lo que no estés cómodo, ni tampoco debés forzar nada. Si las cosas no fluyen, elegí un nuevo camino. La verdadera felicidad se logra cuando nos liberamos de las presiones y hacemos lo que sentimos que es bueno para nosotros. Confiar en vos mismo es la mejor manera de sentirte realizado.